¿Y si todos fuésemos Luna?

Porque últimamente está demasiado bonita, parece que sonríe.
Pocas veces levantamos la vista un palmo por encima de nosotros,
pero cuando lo hacemos, valoramos cosas que quizás un día no tuvieron significado.
Esa luna nos unió en su momento, vio nuestros besos y fue testigo de nuestro amor,
aunque ahora ya no quedé nada, parece que sonríe pidiéndome que yo también lo haga.
Ella está sola allí arriba y sin embargo no la falta de nada,
sale por las noches mientras casi todos le damos la espalda,
porque solo buscamos excusas para esquivarla.
Tengo sueño, frió y hambre. Baja la persiana.
Y es que esa oscuridad es la que nos desarma,
que ella está sola allí arriba y nadie la echa en falta.
Deja que me refleje contigo en ella,
deja que grabe más besos y caricias,
deja que te diga que algún día seremos ella,
deja que le diga que yo la necesito.
Por saber que no vuelve, por dejar que se vaya,
te acuestas con ella pero no te levantas.
Y es que sueño cada noche en subir hasta arriba,
contarla mis deseos y ver la vida desde allí.
¡Que bonito debe de ser ver el mundo entero a la vez!
Ojalá tener el valor de ser tan bonita y a la vez tan sola,
mi Luna.