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Venir para irte.

En realidad vengo a hablar de nada,
¿sabéis esta sensación de no tener nada que decir?
Es como si todo lo que quisiese decir ya estuviese dicho,
aunque no sea por mi.
Y luego lo pienso fríamente y... ¿es eso lo que siento?
El amor es demasiado raro como para sentir yo lo mismo que tú,
es demasiado frío,
es demasiado solo,
es demasiado duro,
es demasiado tú sin encontrarte conmigo.
El amor es demasiado alcohol si no te tengo,
y joder, menuda putada.
Porque no se trata de escribir los versos más largos,
ni los más bonitos,
ni los que mejor rimen.
Se trata de que lo que escribo lo siento,
de que ojalá tu sintieras esto,
de que quiero verte,
de que tu quieras lo mismo.
Y si pruebas a quedarte conmigo,
no me digas que me quieres,
ni siquiera que estoy guapa al despertarme.
Cállate.
Piénsalo si quieres.
Porque yo no necesito que nadie venga a contarme
que quizás soy la persona perfecta para estar con él.
Porque lo que yo necesito, es que alguien venga a demostrarme
que hay veces que el amor si existe,
y que justamente, está conmigo.
Porque venir para irte, no, para eso.
Ahórrate el viaje, que estamos en crisis.


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